sábado, 9 de enero de 2010

Escritos_Ciega de muerte

Se ha sentido un viento que no escapa de los límites extraños.
Se ha instalado en alguna parte honda y temerosa.
Donde abundan semillas viejas y crecen rompiendo raíces.

La imagen del suelo cuando se está arriba y aplasta cimientos.
La brújula que ya no orienta ni da un segundo de reparo.

Pequeña salta de su burbuja, que brilla y nace minúscula.
Se sienta y tiembla sus manos, su cielo eterno… su vacío.

Un cuerpo sin sombrero, que arrastra asperezas y clama profundo.
Abierta de serse inhumana.
Cree, salvaje, la inmensidad de mil puertas.
Pierde rasgos de sequedad y de ternura.

Lame, suda y grita un sol que arde en silencio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario